Botiquín primeros auxilios

Botiquín de primeros auxilios

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¿Por qué es importante tener cerca un botiquín?

Los accidentes domésticos son mucho más comunes de lo que imaginamos, y suceden inevitablemente pese a todas las precauciones que podamos tomar. De hecho, según datos del estudio sobre Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio (informe DADO), realizado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, más de 1,7 millones de españoles, casi un 4% de la población, sufrieron en 2011 un accidente de este tipo.

La mayoría de estos percances no tiene consecuencias graves para la salud de las personas, pero muchos precisan de una mínima atención o de unos primeros auxilios. Por lo tanto, la presencia de un botiquín con los elementos sanitarios y medicamentos básicos es un recurso de primera necesidad para ofrecer una respuesta adecuada ante una de estas situaciones.

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 Botiquín de primeros auxilios

¿Cuáles son los percances más frecuentes para curar con un botiquín?

La cocina es la estancia de la casa donde se dan la mayoría de los percances domésticos, ya que concentra muchos utensilios peligrosos como cuchillos, tijeras, aparatos eléctricos, elementos que alcanzan altas temperaturas o productos de limpieza que pueden resultar nocivos si se utilizan de manera inadecuada. Así, los cortes, quemaduras, intoxicaciones alimentarias o golpes resultan de lo más habitual. También en el baño pueden ocurrir caídas y resbalones en la bañera, y accidentes con los aparatos eléctricos o los artículos de higiene.

En lo que respecta al resto del hogar, es posible tener algún susto con los enchufes; también los choques, golpes o aplastamientos por culpa del mobiliario, escaleras, cantos afilados o juguetes tirados son frecuentes; y hay que tener cuidado con otros elementos como ventanas, terrazas, barandillas o literas, entre otros.

Así como cuando vamos de acampada o viaje, es imprescindible llevar un pequeño botiquín para recibir los primeros auxilios en caso de tener un accidente, ya que podemos encontrarnos con la falta de medios para curar o remediar una herida o síntomas leves.

¿Cómo debemos organizar el botiquín?

Antes de conocer los artículos y medicamentos que deben equipar un botiquín, también es importante mencionar unas cuestiones previas que nos ayudarán a componer un espacio de salud útil para cualquier imprevisto:

  • El botiquín debe ser una caja, bolsa, estuche o cajón limpio, duradero y espacioso, que garantice que su contenido está protegido del exterior y la suciedad.
  • Debe estar colocado o guardado en un lugar seco y fresco y que sea conocido por todos los miembros de la familia o personas que vivan en la casa, pero que no resulte de fácil acceso para los niños.
  • No ha de tener cerradura ni cerrarse mediante contraseña o códigos, ya que en un momento de urgencia estos pueden resultar problemáticos.
  • Las gasas, vendas, algodones… deben guardarse cerrados, para que mantengan su entorno estéril.
  • Conviene revisar todos los artículos periódicamente con el objetivo de descartar los que estén caducados o reponer los que se hayan acabado. Si contamos con una relación de los elementos que guardamos en el botiquín, esta tarea será más sencilla.

Además, hay que hacer una diferencia esencial: por un lado tendremos el botiquín de primeros auxilios para curas y, por otro, un pequeño dispensario o espacio con los medicamentos, que guardaremos en sus propios envases para tener siempre a mano el prospecto y la información relevante al respecto.

Lo imprescindible de nuestro botiquín.

Tanto el botiquín de primeros auxilios como el dispensario médico que tengamos en casa deben contar con unos elementos imprescindibles.

Botiquín de primeros auxilios:

1. Antisépticos. Previenen la infección evitando que los gérmenes penetren por la herida.

2. Vendas hemostáticas. Son útiles en el control de hemorragias. Conviene que sean de diferentes tamaños.

3. Elementos para hacer una cura de heridas. El agua oxigenada, las gasas esterilizadas, el suero fisiológico y el esparadrapo nos permitirán limpiar y curar de manera rápida una herida. Además, unas pinzas, tiritas, y unas pequeñas tijeras tampoco deben faltar para realizar pequeñas curas, así como unos guantes de látex o vinilo, que nos protegerán del contacto directo con la sangre y otros fluidos

4. Toallitas de alcohol. Debemos usarlas siempre antes de realizar una cura, para desinfectar nuestras manos. Y nunca aplicarlas directamente sobre las heridas.

5. Pañuelo triangular. Resulta un elemento de mucha utilidad para varias situaciones, como cubrir heridas o quemaduras o improvisar un cabestrillo o un vendaje… Puede tener un tamaño aproximado de 140x100x100 cm.

6. Listado de teléfonos de urgencias de la zona. Una pequeña tarjeta con los números del pediatra o médico de familia, la ambulancia e incluso la policía o los bomberos nunca está demás. Es de esperar que nunca la necesitemos, pero si así fuese, de este modo sabremos donde encontrarla de manera rápida.

Dispensario de medicamentos:

1. Nuestra medicación habitual. Si utilizamos de forma crónica una medicación, es interesante que junto a ella guardemos un papel en el cual indiquemos los medicamentos que tomamos, la dosis y los momentos en los que los tomamos. Esto puede ayudarnos a organizarnos para que no nos falte medicación o bien no tener en exceso. También en caso de urgencia, nuestros familiares pueden indicar y conocer la medicación que tomamos.
2. Analgésicos. Paracetamol o ibuprofeno son los analgésicos habituales que suelen emplearse habitualmente en caso de dolor, fiebre o inflamación (por ejemplo, en el caso de contusiones).
3. Antihistamínicos. Debemos contar con ellos, sobre todo en caso de que seamos alérgicos, tanto a plantas como a alimentos.
4. Antigripales. Los antigripales son medicamentos que asocian varios principios activos y debemos escoger aquellos que se ajusten más a nuestras necesidades. Es común la asociación entre paracetamol (analgésico y para la fiebre), junto a un fármaco especifico para la tos y un descongestivo nasal.
5. Antidiarreicos. Pueden utilizarse con el fin de evitar la deshidratación, causada por las diarreas, en el caso de que se produzca una gastroenteritis. Sin embargo, este tipo de fármacos son aconsejables sólo en caso de viajes. En general, los antidiarreicos no deben emplearse sin consultar al medico/ farmacéutico.
6. Termómetro. Aunque no sea un medicamento, tenerlo en el botiquín nos servirá para cerciorarnos de la temperatura exacta y, si tenemos fiebre, nos indicará cuando será necesario tomar un medicamento antitérmico.

Primeros auxilios

Como limpiar una arma

Limpieza de Armas de fuego

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Como limpiar un arma
Como limpiar un arma

Como limpiar un arma de fuego

Un arma de fuego no deja de ser una máquina con sus engranajes y partes móviles, por lo que, para un correcto funcionamiento de la misma, debemos seguir unas pautas de limpieza y engrase de forma regular. Cada vez que utilizamos nuestra arma de fuego, partículas residuales producidas por la combustión de la pólvora se fijan en el interior de la misma, especialmente en el ánima y en la recámara. Estas partículas deben ser eliminadas, ya que de no hacerlo irán reduciendo la profundidad del estriado del ánima y pueden provocar posibles interrupciones, problemas de precisión o, en casos de mucha suciedad, problemas de aumento de presión con el consiguiente peligro para nuestra seguridad.

Herramientas esenciales de un arma de fuego.

Herramientas esenciales para limpieza de armas.

– Baqueta de cerda y baqueta de cobre
– Disolvente y aceite especiales para armas
– Soporte para trapos y trapos de algodón
– Cepillo pequeño de cerda y de cobre
– Trapo de algodón grande (vale una camiseta vieja que no se deshilache) 

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Accesorios de limpieza.

 

Limpieza paso a paso.

A continuación, paso a comentarles uno de los procesos básicos de limpieza del arma después de su uso. Es importante limpiarla cuanto antes, sin dejarlo para otro momento ya que eso supondrá una mayor fijación de las partículas dañinas y de la humedad.

1. Medidas de seguridad. Descargamos el arma y la comprobamos.

2. Más medidas de seguridad. Volvemos a comprobar que el arma esté descargada. La sujetamos firmemente y con el dedo índice en el guardamonte o en otro sitio distinto del disparador, retiramos el cargador y retrasamos la corredera, comprobando que la recámara esté vacía.
3. Desarme básico. Procedemos a desmontar el arma intentando, retirar la menor cantidad de piezas posible, siempre que se pueda trabajar con comodidad sobre las piezas móviles. En caso de que se trate de una pistola, desarmamos la corredera y retiramos el cañón y los muelles que encontramos dentro de ella.
4. Primera limpieza. Con una baqueta de cerdas y actuando desde la recámara retiramos el residuo suelto que pueda haber.
5. Disolución de partículas adheridas. Es posible que con el cepillo de cerda no se haya quitado toda la suciedad, por lo que rociamos el cañón y la recámara con un disolvente especial para armas y lo dejamos actuar unos minutos.
6. Retiramos el resto de partículas. Con una baqueta de alma [alambre de cobre] repasamos el cañón y la recámara, retirando todas las partículas que pudieran quedar en el proceso anterior.
7. Limpieza del cañón. Con un soporte para trapos de ojal y usando un trapo de algodón lo pasamos de un lado a otro del cañón, retirando restos de partículas y disolvente, procurando cambiar cada poco tiempo el trapo por uno limpio. Repetimos este procedimiento hasta que salga limpio el trapo.

8. Engrase del cañón. Rociamos con una pequeña cantidad de aceite para armas un trapo de algodón limpio y lo pasamos por el cañón y la recámara, procurando no engrasarlo demasiado. Limpiamos el sobrante de la recámara para evitar el acumulamiento de polvo o tierra.
9. Limpieza demás partes móviles. Pasamos el cepillo pequeño por las demás piezas móviles de la pistola para eliminar cualquier resto no deseado.
10. Engrase general del arma. Rociamos con una PEQUEÑA CANTIDAD de aceite para armas las piezas móviles y eliminamos el exceso con un trapo de algodón grande. Limpiamos con un trapo seco las partes del arma que no limpiamos anteriormente: exterior del cañón, interior y exterior de la corredera, muelles y armazón de la pistola. Cuando esté limpia rociamos una pequeña cantidad de aceite para armas y limpiamos el sobrante para evitar acumulación de suciedad en el exceso de aceite.
11. Guardamos nuestra arma. Ya tenemos el arma lista para ser guardada. Se recomienda guardarla en una caja fuerte o armero de seguridad, completamente descargada y a poder ser con la munición guardada a parte en lugar seco y ventilado.

Aunque así explicado parezca que puede llevar mucho tiempo, en apenas un cuarto de hora tendremos el arma limpia y lista para guardar para la próxima sesión de tiro. Este mantenimiento puede alargar en muchos disparos la vida útil del arma y su precisión.

Mantenimiento de un arma de fuego sin uso.

Si bien no hay mejor cuidado para un arma que el ser usada y limpiada cada poco tiempo, si tenemos un arma que va a ser guardada por mucho tiempo debemos realizar también unos cuidados para que cuando la recuperemos se encuentre en buen estado. Debemos tener en cuenta que muchas partes del arma están protegidas contra la corrosión, pero una de las más importantes no tiene ninguna protección. Hablamos del cañón, ya que en su parte interior [ánima] el acero está desnudo y es vulnerable a la corrosión.

Para realizar este mantenimiento necesitaremos los mismos elementos que para la limpieza de un arma con uso y a mayores:

– Tapón para la boca del cañón. Puede ser de varios materiales: papel, caucho, plástico… Tan solo debemos tener en cuenta que debe ser un material que evite cuanto se pueda la entrada de aire en el cañón, por lo que debe ser un poquito más grande que el calibre del cañón.
– Vaselina.
– Alivia percutores.
– Cera para maderas [solo en caso de que nuestra arma tenga las cachas de madera].

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Procedimiento a seguir limpieza de arma de fuego:

1. Limpieza exhaustiva del arma. Tal y como muestro en el proceso de mantenimiento anterior, o mediante otro proceso que conozcáis y os sea más cómodo.
2. Sellado del cañón. Procedemos a aplicar una capa de vaselina en el cañón, e introducimos el alivia percutores ligeramente aceitado en la recámara, lo que ayudará a sellar el cañón por el lado interior. Por último, sellamos la boca del cañón con un tapón del material que hayamos elegido.
3. Almacenamiento del arma. Guardamos el arma en una zona ventilada, fresca y seca en la medida de lo posible. Si se va a guardar en un cajón o caja fuerte se recomienda añadir al lado una bolsa de té llena de arroz o similar para absorber la posible humedad. Se recomienda revisarla cada pocos meses y si es posible volver a limpiarla y repetir el paso 2.

Como cortar un jamón

Utensilios para cortar un jamón.

Antes de empezar a cortar un jamón, asegúrate primero de tener todos los utensilios necesarios para laminar tu ibérico como corresponde. Esta es la lista:

  • 1.- Jamonero 
  • 2.- Cuchillo jamonero 
  • 3.- Cuchillo de deshuesar o puntilla
  • 4.- Afilador o chaira
  • 5.- Pinza o tenedor

¿Lo tienes todo? ¡Pues vamos allá!

Cómo empezar a cortar un jamón.

Abrir un jamón no es una ciencia exacta y es que se puede empezar por dos partes: por la maza o por la babilla. Según cómo se coloque la pezuña, si hacia arriba o hacia abajo, se empezará de una manera u otra y queremos destacar que ninguna de las dos es mejor.

En bares y restaurantes, donde el jamón se termina enseguida, se coloca con la pezuña hacia arriba para servir primero la carne de la zona de la maza que está más tierna y dejar la babilla para el final. Sin embargo, al cortar el jamón en casa todos nos hacemos una pregunta clave, ¿cómo empezar un jamón?

Aunque parezca mentira, decidir cómo colocar el jamón en el jamonero no es una cuestión tan sencilla como parece. Nuestra recomendación es que si sois pocos en casa, unos dos o tres, la empecéis como en bares y restaurantes para comeros la carne más jugosa justo cuando esté en su punto, el resto de la pieza podréis envasarla al vacío y así no se ponga mala. Si, por el contrario, sois más miembros, cuatro o más, podéis empezarla por la babilla para evitar que se cure demasiado y dejar la maza para después. Vosotros mismos.

En cualquier caso, si ves que no te vas a terminar la pieza y tienes miedo de que se su sabor pierda matices, lo mejor que puedes hacer es o bien traerla a que te la loncheemos y envasemos al vacío o bien invitar a tus amigos y familiares a comer, ¡amar es compartir!

En Area Policial tenemos jamoneros de forja, con los escudos de los cuerpos policiales y militares más conocidos.

Cómo cortar bien un jamón.

Es hora de cortar un jamón. Pero, ¿cómo abrir un jamón? Pues bien, empieza afilando el cuchillo jamonero y, aunque no es necesario que cuentes con otro apto para quitar la corteza, es recomendable que sí dispongas de uno de hoja ancha que también tendrás que afilar.

Con este último tienes que ir quitando la corteza del jamón y, ojo a esto, ¡tírala!. Aunque te digan lo contrario, NO sirve para tapar el jamón, una vez cortada ha dejado de cumplir su función. Así que mejor deshazte de ella. En cuando tengas la carne a la vista, cambia de cuchillo y utiliza ahora el cuchillo jamonero.

Tienes que ir laminando poco a poco en horizontal empezando por la zona más cercana a la pezuña y terminando en la que está más próxima a ti. La mano que tiene el cuchillo tienes que situarla siempre detrás del mismo para evitar cortarte. Cuando ya seas experto puedes hacerlo de otro modo si te resulta más cómodo, pero si estás comenzando vale la pena que te cures en salud. ¡Veámoslo paso a paso!

Pasos para cortar el jamón.

1.

Antes de cortar la pieza es importante comprobar que el jamón está bien sujeto al jamonero y que no se moverá cuando empecemos a cortar.

Paso 1: agarrar bien el jamón al jamonero

2.

El primer corte lo haremos en la parte superior por la zona de la caña. Con el cuchillo inclinado haz un corte profundo, perpendicular a la pata, justo por debajo del corvejón. Unos dedos por debajo de ese corte, haz otro en forma de cuña para retirar la grasa y tendones que se acumulan en esa zona.

paso 2: hacer un corte profundo en el jamón

3.

Ahora toca descortezar. Retira poco a poco la corteza y grasa amarilla del jamón. Es importante que solo retires la parte que tienes previsto cortar, de este modo no se secará la pieza y se mantendrá la carne más tierna.

quitar la corteza del jamón

4.

Ya puedes empezar a cortar las lonchas de jamón. Hazlo en la dirección que marca el propio jamón, es decir, desde la pezuña hasta la punta del jamón.

como cortar jamon en casa

5.

El hueso de la cadera será el primero con el que te encontrarás al empezar a cortar el jamón. Rodéalo cuidadosamente con el cuchillo afilado. Lo ideal es que uses un cuchillo corto de deshuesar para aprovechar al máximo la carne el jamón.

cortar jamon de bellota

6.

Cuando termines la carne por la maza, dale la vuelta a la pata de jamón y empieza a cortar la contramaza o babilla.

cuándo dar la vuelta la jamón

7.

En este caso te encontrarás el hueso de la babilla y la rótula. Cuando llegues a ellos, rodéalos también y haz lonchas finas.

cortar jamón de cebo

8.

Cuando ya no puedas cortar más lonchas de jamón recuerda que puedes hacer taquitos ibéricos con la carne más difícil de cortar en lonchas. EN LAS OFICINAS DE ENRIQUE TOMÁS CUANDO ALGUIEN DICE LA PAL…. Te servirán para hacer recetas tan sabrosas como estas. También podrás aprovechar los huesos para hacer caldos en casa.

taquitos de jamon

Cómo cortar lonchas perfectas.

Ahora que ya sabes por dónde empezar un jamón y cómo cortarlo es el momento de conseguir lonchas perfectas. En este caso el truco está en dejar que se intuya el cuchillo por detrás de cada lámina. Lo que se consigue con esto es que sean lo suficientemente gruesas como para que se aprecie todo su sabor pero lo suficientemente delgadas como para que el aceite se deshaga en cascada en la boca al entrar en contacto con el calor del paladar, ¡menudo placer!

Ahora que ya sabes como cortar la pieza entera, solo te queda comprar un buen jamón y disfrutar. Y si tienes dificultades para hacer lonchas finas como a ti te gustan, no te desesperes. Trae tu jamón a una de las tiendas de Enrique Tomás y ¡nosotros lo podemos lonchear por ti.

Bandera Artesanal España

Historia de la Bandera de España

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La Bandera

Bandera“La Bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas”, según establece el artículo 4.1 de la Constitución Española de 1978.

Además, la bandera nacional está regulada por:

Ley 39/1981, de 28 de octubre, por la que se regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas (BOE núm. 271, de 12 de noviembre)

Real Decreto 441/1981, de 27 de febrero, por el que se especifican técnicamente los colores de la Bandera de España (BOE núm. 64, de 16 de marzo)

Real Decreto 1511/1977, de 21 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos (BOE núm. 156, de 1 de julio de 1977)


Antecedentes Históricos

El origen de la actual Bandera de España se remonta al reinado de Carlos III (1759-1788). En aquella época coexistían en España tres tipos de banderas: el estandarte real, las banderas militares y el pabellón de Marina. La mayoría de los países utilizaban pabellones en los que predominaba el color blanco, lo que producía problemas de identificación y confusiones en el mar entre los buques de guerra. Para evitarlo, Carlos III encargó a su ministro de Marina, Antonio Valdés y Bazán, un proyecto para la sustitución del pabellón naval.

Entre los doce bocetos presentados a concurso, el Rey eligió dos, a los que varió las dimensiones de las franjas, declarando reglamentario el primero para la Marina de Guerra y el segundo para la Mercante, mediante Real Decreto de 28 de mayo de 1785.

 Banderas seleccionadas

En el reinado de Carlos IV (1788-1808), las Ordenanzas Generales de la Armada Naval de 8 de marzo de 1793 hacen extensivo el uso de la bandera rojigualda a las plazas marítimas, castillos y defensas de las costas y la definen como Bandera Real.

Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) se produjo un fenómeno de proliferación de banderas no reglamentarias. Algunos marineros pasaron a prestar servicio en campañas de tierra y, por primera vez, se ven enseñas bicolores por el interior de España.

Bajo el reinado de Isabel II (1833-1868) se amplió el uso de la bandera bicolor al Ejército de Tierra, procediéndose así a unificar la bandera española. El Real Decreto de 13 de octubre de 1843 establece la sustitución de banderas, estandartes y escarpelas, enseñas del Ejército, por otras nuevas rojigualdas.

Con posterioridad, la Instrucción sobre insignias, banderas, honores y saludos de la Armada, de 13 de marzo de 1867 vuelve a describir la bandera de buques, arsenales y plazas marítimas de forma explícita.

Amadeo I de Saboya (1871-1873) respetó la heráldica de la Bandera. Durante la Primera República (1873-1874) se proyectó introducir una franja morada, en lugar de la roja inferior, pero al final no se modificó.

Durante el Reinado de Alfonso XII (1874-1885), se promulga una Instrucción, con fecha de 10 de diciembre de 1878, sobre insignias, banderas, honores y saludos marítimos, en cuyo artículo primero se define la Bandera nacional en los mismos términos que en la citada Instrucción de 1867.

En la Segunda República (1931-1939), durante el Gobierno Provisional, el 27 de abril de 1931 se promulgó un decreto que determinaba la adopción de la bandera nacional tricolor formada por “tres bandas horizontales de igual ancho, siendo la roja la superior; amarilla la central y morada oscura la inferior”.

Poco después del inicio de la Guerra Civil (1936-1939), se restableció la bandera rojigualda entre las tropas sublevadas. Al estallar el Alzamiento (18 de julio de 1936), entre dichas tropas proliferaban diferentes banderas. Para evitarlo, el presidente de la Junta de Defensa Nacional, general Cabanellas, firma un Decreto, el 29 de agosto de 1936, por el que se recupera la bandera tradicional. En su artículo único dice: “Se restablece la bandera bicolor, roja y gualda, como bandera de España”.

Unos años más tarde, durante la dictadura del general Francisco Franco (1939-1975), el Decreto de 11 de octubre de 1945 aprueba el Nuevo Reglamento de Insignias, Banderas y Distintivos que regula su uso y forma, y detalla las características de la Bandera Nacional en sus tres modalidades, de unidades de las Fuerzas Armadas, buques de guerra y edificios.

Tras la muerte de Franco, en 1975, y con la restauración de la Casa de Borbón en la persona de Juan Carlos I, este Reglamento fue sustituido por el Real Decreto 1511/1977, de 21 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos.

La normativa vigente en la actualidad parte de la Constitución Española de 1978, que describe la Bandera en su artículo 4.1.

En Area Policial tenemos banderas hechas a mano, artesanas, bordadas, impresas, de despacho y sobre mesa.

El Escudo

El actual Escudo de España resume gran parte de la historia del país. Los elementos que lo componen poseen una larga tradición de más de nueve siglos.

El Escudo de España está regulado por:

Ley 33/1981, de 5 de octubre, del Escudo de España (BOE núm. 250, de 19 de octubre de 1981)

Real Decreto 2964/1981, de 18 de diciembre, por el que se hace público el modelo oficial de Escudo de España (BOE núm. 221, de 15 de septiembre)

Real Decreto 2267/1982, de 3 de septiembre, por los que se especifican técnicamente los colores del escudo de España (BOE núm. 221, de 15 de septiembre)


Antecedentes Históricos

El proceso heráldico del Escudo de España ha conocido los siguientes periodos:

Dinastía Trastámara: El Escudo de los Reyes Católicos (1474-1492) está constituido por las Armas de los Reinos de Castilla, León y los de la Corona de Aragón. A partir de la conquista de Granada, incorporan las armas de este Reino a su escudo.

Dinastía Austria: En un primer periodo (1504-1506), incorporan las armas de Borgoña, Flandes, Brabante y Tirol. Carlos I timbra el escudo con la corona imperial e incorpora las columnas de Hércules con la leyenda Plus Ultra y acola el escudo con el Toisón de Oro. Felipe II, Felipe III y Felipe IV y Carlos II, cuyos reinados se extienden desde 1556 a 1700, usan las armas antes mencionadas, sin la corona imperial. En 1580, Felipe II incorpora las armas de Portugal.

Dinastía Borbón-Anjou: El escudo de Felipe V (1700-1759) incorpora las lises de la casa de Borbón con la bordura en gules (rojo), sigue utilizando el Toisón de Oro y añade la Orden del Espíritu Santo en forma de collar. Carlos III (1759-1788) añade las armas de los Ducados de Parma y Toscana y sustituye la Orden del Espíritu Santo por la que lleva su propio nombre. Carlos IV sigue la misma línea que su padre.

Dinastía Bonaparte: José I divide el escudo en seis cuarteles: 1º Castilla, 2º León, 3º Aragón, 4º Navarra, 5º Granada y 6º el Nuevo Mundo, representado con las columnas de Hércules y añade de escusón las armas de los Bonaparte.

Dinastía Borbón-Anjou: Fernando VII vuelve a recuperar el Escudo de sus antepasados, y su hija, Isabel II, sigue la misma línea.

Gobierno Provisional (1868-1870): bajo dictamen de la Real Academia de la Historia, unifica el escudo de España con los siguientes cuarteles: 1º Castilla, 2º León, 3º Aragón, 4º Navarra y 5º Granada, entado en punta, lo timbra con la corona mural, suprime el escusón con las armas de la Dinastía Borbón-Anjou y coloca las columnas de Hércules, sin coronas.

Dinastía Saboya (1870-1873): Continúa con el escudo anterior, restablece la corona real y sitúa en el escusón las armas de su familia.

La I República (1873-1874): Restablece la corona mural y suprime las armas de los Saboya.

Dinastía Borbón-Anjou: Alfonso XII y Alfonso XIII restablecen la corona real y añaden las lises con la bordura de gules (rojo) de su familia y acolan el collar del Toisón de oro.

La II República (1936-1939): Vuelve a restablecer la corona mural y suprime las armas de los Borbón-Anjou, utilizando las mismas armas que en la I República.

Dictadura del general Franco (1938-1975): Se utiliza una heráldica semejante a la utilizada por los Reyes Católicos, sustituyendo las armas de Aragón-Sicilia por las de Navarra, se añaden las columnas de Hércules y la divisa “una, grande y libre”.

La Transición (1977-1981): El Real Decreto 1511/77 de 21 de enero, que aprueba el Reglamento de Banderas, Insignias y Distintivos, modifica la colocación de la divisa del Escudo. El principal cambio consiste en que el águila de San Juan se presenta de forma azorada, es decir, en disposición de emprender vuelo, cobijando bajo sus alas las columnas de Hércules, que hasta la fecha se encontraban por fuera de ellas.

Este escudo estuvo vigente desde 1977 hasta que fue sustituido por el actual en 1981, según establece la Ley 33/1981, de 5 de octubre, del Escudo de España.


El Himno Nacional

El Himno Nacional de España es conocido tradicionalmente por “Marcha Granadera” o “Marcha Real Española”.

No tiene letra, sólo música. Existen dos versiones: la completa y la breve, y cualquiera de ellas debe interpretarse siempre íntegramente y de una sola vez.

El Himno Nacional está regulado por:

Real Decreto 1560/1997, de 10 de octubre, que regula el himno nacional (BOE núm. 244, de 11 de octubre de 1997). Fe de erratas (BOE núm. 253, de 22 de octubre de 1997)

Real Decreto 1543/1997, de 3 de octubre, sobre adquisición por el Estado de los derechos de explotación de determinadas obras musicales y encomienda de su administración al Ministerio de Educación y Cultura (BOE núm. 233, de 29 de septiembre de 1998)

Real Decreto 2027/1998, de 18 de septiembre, de aceptación de la cesión gratuita efectuada por el maestro don Francisco Grau Vergara de los derechos de explotación por la revisión y orquestación del Himno Nacional y atribución de la administración de tales derechos al Ministerio de Educación y Cultura (BOE núm. 233, de 29 septiembre de 1998)

 Escuchar Himno


Antecedentes Históricos

Antecedentes históricos

El origen del Himno Nacional está en un toque militar llamado “Marcha Granadera”, de autor desconocido, que aparece recogido en 1761 en el “Libro de Ordenanza de los toques militares de la Infantería Española”. El Rey Carlos III la declaró Marcha de Honor el 3 de septiembre de 1770, aunque fue la costumbre y el arraigo popular las que erigieron esta composición en Himno Nacional, sin que existiera ninguna disposición escrita.

Los españoles consideraron la “Marcha Granadera” como su Himno Nacional y la llamaron “Marcha Real”, porque se interpretaba en los actos públicos a los que asistían el Rey, la Reina o el Príncipe de Asturias.

En 1870 el General Prim convocó un concurso nacional para crear un Himno Nacional. El jurado declaró el concurso desierto por considerar que ninguna de las marchas presentadas superaba en calidad a la “Marcha Granadera”, y aconsejó que se mantuviera como Himno.

La Real Orden Circular de 27 de agosto de 1908 dispone que las bandas militares ejecuten la denominada Marcha Real Española y la Llamada de Infantes, ordenadas por el Músico Mayor del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos, Maestro don Bartolomé Pérez Casas.

La “Marcha Real” ha sido siempre el Himno de España, salvo durante la II República (1931-1939) cuando se adoptó el Himno de Riego.

Durante la Guerra Civil (1936-1939), el general Franco restableció la “Marcha Granadera” como Himno Nacional por Decreto del 27 de febrero de 1937, pero fue necesaria la publicación en el BOE de un nuevo decreto fechado el 17 de julio de 1942 para que se le diese cumplimiento. Este decreto no incluye ninguna partitura, por lo que se entiende que continuó vigente la versión del Maestro Pérez Casas.

No es hasta 1997 cuando el Estado adquiere los derechos de explotación del Himno, que pertenecían a los herederos del maestro Pérez Casas, mediante el Real Decreto 1543/1997, de 3 de octubre.

Tras la aprobación de la Constitución Española de 1978 y regulados, respectivamente, el uso de la Bandera y la descripción del Escudo de España, en las Leyes 39/1981 y 33/1981, parecía procedente configurar jurídicamente el Himno Nacional.

Desde la Presidencia del Gobierno se promovió la creación de un grupo de trabajo a fin de completar la normativa por la que se habrían de regir los símbolos de representación de la nación española. Dicho grupo, integrado por miembros de la Sección de Música de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y representantes de diversos ministerios, encargó al Maestro don Francisco Grau, Coronel Director de la Unidad de Música de la Guardia Real, que hiciera una nueva adaptación del Himno.

Finalmente, tras el informe favorable de la Real Academia, se aprobó una versión de la “Marcha Granadera”, que, respetando la armonización del Maestro Pérez Casas, recupera la composición y tonos de su época de origen.

En la actualidad, el Himno Nacional, está regulado por el Real Decreto 1560/1997 de 10 de octubre, en el que se describen los compases musicales, se establecen las dos versiones del mismo, la completa y la breve, y cuándo ha de utilizarse cada una de ellas.

El maestro Grau ha cedido al Estado español todos los derechos de explotación sobre su obra creada, según recoge el Real Decreto 2027/1998, de 18 de septiembre.

Bibliografía

“SÍMBOLOS DE ESPAÑA”. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales

Pasillo de Sables

En este post te cuento cómo se realiza el pasillo de sables en una boda militar o policial a la salida de la ceremonia.

El pasillo de sables en bodas militares o policías españolas

En España no hay un protocolo militar establecido para la salida con sables (que no espadas) de las ceremonias, así que todas tienen sus peculiaridades.

Básicamente un sable se diferencia de una espada porque tiene filo sólo en uno de los dos lados, el filo no es completamente recto, sino que tiene una pequeña curvatura hacia el final, mientras la espada sí es completamente recta. También el sable es más ligero y por tanto de rápido manejo, pensado para usarse con una mano, en vez de las dos que precisan las espadas. Con respecto a la antigüedad, las espadas son mucho más longevas que los sables.

No en todas las bodas militares, hacen el pasillo de sables

 

Espero que este post te haya resultado interesante y que ya tengas claro cómo se lleva a cabo este gran momento, que no debería faltar en una boda militar.

Ahora bien, también hay gente que aún siendo militar, prefieren llevar un traje de novio convencional y no quieren la salida de sables en su boda. Hay que respetarlo, las bodas tienen que ser hechas al gusto de cada uno.

¿Tienes tú alguna experiencia en una salida con sables?. Cuéntamelo en comentarios.

¿Pasillo de sables, boda militar?

En todas las bodas militares en las que he estado hay constantes guiños a la vida militar durante toda la boda.

Desde ponerles raciones de combate a modo de broma, en vez del menú a algunos invitados, a banderas, himnos y pasando por los discursos y los regalos con motivos militares.

Además los militares son muy enérgicos y con ganas de juerga, por lo que dan mucho juego desde el punto de vista fotográfico.

En el corte de tarta también es habitual que se use el sable del novio para hacer los honores. Muchas veces es la novia quien corta la tarta con él, y con la ayuda de su ya marido.

El corte de la tarta: los novios cortarán la tarta juntos como en todas las bodas pero lo harán con el sable o la espada del novio. Es la novia la que coge la espada y el novio pone sus manos encima de ellas como símbolo de unión y protección a la novia.

No en todas las bodas militares, hacen el pasillo de sables

 

Espero que este post te haya resultado interesante y que ya tengas claro cómo se lleva a cabo este gran momento, que no debería faltar en una boda militar.

Ahora bien, también hay gente que aún siendo militar, prefieren llevar un traje de novio convencional y no quieren la salida de sables en su boda. Hay que respetarlo, las bodas tienen que ser hechas al gusto de cada uno.

¿Tienes tú alguna experiencia en una salida con sables?. Cuéntamelo en comentarios.